Un 25 de abril de 1981....

Cumplimos 43 años de vida transmitiendo valores unidos a la práctica deportiva, apoyando la formación integral y el crecimiento de las personas. Una gran familia. Una manera de vivir.

Institucional25/04/2024Prensa CRARPrensa CRAR
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Después de más de 20 años de práctica del Rugby en la ciudad de Rafaela, luego de fantasear durante tantas reuniones informales, de planear proyectos, de pensar y pensar, luego de infinidad de trasnoches, se pudo cristalizar esa gran obra, que algunos consideraban imposible, la de tener y fundar el “club propio”, así nació el CRAR (Círculo Rafaelino de Rugby), idea de unos pocos, obra de muchos que trabajaron con todo, poniendo todo de sí, con todo el fervor, las ganas y mucho esfuerzo, y siguieron con todo el “empuje” durante estos años de vida del Club, para disfrutar en la actualidad, de una institución en crecimiento, con un desarrollo constante, sustentado pura y exclusivamente en el trabajo y constancia.

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De todos y cada uno de sus integrantes, socios y allegados, sin distinciones, con escasos recursos, como lo es una entidad puramente amateur, trabajando codo a codo, día a día, cada uno aportando su granito de arena, para de esa manera, construir esta realidad que es el CRAR hoy.

La fecha fundacional data de un 25 de abril de 1981, muchos fueron los logros, con más éxitos que fracasos, transcurren todos estos años de vida, siempre preservando los valores humanos que privilegian la amistad, el trabajo y el esfuerzo en común, tal cual lo enseñan los grandes maestros y entrenadores de Rugby.

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La idea de ir corporizando un Club se remonta al año 1977, se fue gestando en forma lenta pero segura. Por aquel entonces todos los esfuerzos apuntaban a la compra de un viejo colectivo, que, se entendía, simplificaría el engorroso tema de los viajes semanales. Así, plata que se juntaba, se convertía en alguna pequeña inversión, vale citar la cría de terneros con leche en polvo de rezago, compra de novillos, etc. Pero afortunadamente, la dueña del famoso Colectivo, no aflojó y no se pudo comprar el mismo, y así el doble “camelo” (Sí, camelo, con una sola L, por lo albóndiga que era), llegó a su fin. Fue allí, cuando los muchachos se plantearon la posibilidad concreta de “juntar” para comprar un campo.

Comenzaron las iniciativas pertinentes, por ejemplo, la conscripción de socios, que fue todo un éxito y así siguió este proyecto. Ya en febrero de 1981, se presentan algunas oportunidades de compra de campo, una en la Zona de Bella Italia, otra en ruta 34 cerca del actual Parque Industrial, y otros lugares más, que por diferentes causas, no se llegaron a concretar. Hasa que una noche de reunión, apareció el Flaco Beltramino, diciendo que le habían ofrecido seis hectáreas en la Ruta 70, pasando el Cementerio. En principio nadie le presto atención, pero ante su insistencia, se decidió ir a ver el campo, y a pesar de la copiosa lluvia y tormenta del momento, decidieron ir al lugar, y así llegaron el Tano Rossini, el Flaco Operto, el Ricky Barraza, el Indio Long, el Brujo Tessio, el Perro Martínez, Daniel Colombero, y alguno más.

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Luego de recorrer en forma fantasmagórica la vieja casona abandonada y los sectores aledaños, se retiraron del sitio con la íntima convicción que podía ser el Club tantas veces soñado. A partir de allí, se comenzó un duro trabajo de juntar fondos, con ventas varias, empanadas, tómbolas, rifas, pollos y demás eventos, y juntando todo a lo que ya existía en caja, guardado para la compra del “colectivo”, se pudo por fin firmar el famoso BOLETO DE COMPRA-VENTA, realizado un 25 de abril de 1981, fue un día sábado por la mañana. Y ese mismo día a las 7 de la tarde, ya se había desarmado un alambrado, un cerco del patio, se había desarmado un viejo galpón, se cortaron plantas secas, y también hubo tiempo para soñar y proyectar miles de planes. Creían que soñaban, hoy, 43 años, se demostró que no, pero no todo está realizado, falta mucho, pero el camino es el correcto. Vaya un reconocimiento para estos “locos” que entraron esa noche, y gracias por seguirlos teniendo en el CRAR.
 

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